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Entrevista con Tateh Lehbib, ‘El loco del desierto’

¿Cómo surgió la idea de convertirte en "El loco del desierto" y construir refugios con

botellas de plástico en un entorno tan inhóspito?



En 2015 padecimos unas inundaciones en los campamentos que destruyeron más del

80% de las viviendas, entre ellas, la vivienda de mi abuela. En ese momento yo

estaba estudiando un máster de eficiencia energética en la Universidad de las Palmas

de Gran Canaria y empecé, junto con mis profesores, a realizar un trabajo de Final de

Máster en el que se planteaban varias propuestas para mejorar la eficiencia y el

ahorro energético de los edificios de los refugiados saharauis. Después de terminar

ese trabajo volví a los campamentos y empecé a poner en práctica la investigación

del mismo, mejorando la infraestructura y buscando alternativas con los materiales

disponibles al alcance y con diseños simples y de bajo coste que resistiesen las duras

condiciones climatológicas del desierto. A partir de ese momento comencé a

construir la primera vivienda que no podía ser sino para mi abuela.


¿Cómo describirías la reacción de la comunidad en el campo de refugiados al ver

los refugios construidos y su contribución para mejorar sus condiciones de vida?


El comienzo no fue fácil. Nadie creía que con botellas de plástico llenas de arena se

pudiera construir una vivienda. No concebían la idea. Cuando recogía las botellas

vacías en las calles y los vertederos algunos no dudaron en llamarme “el loco de las

botellas”. Pero una vez levantada la construcción y tomando forma, todo cambió. No

fueron pocos los que aplaudieron el proyecto. Muchos se ofrecieron a ayudarme a

recoger botellas y llenarlas de arena y algunos incluso me ayudaron a construir la

vivienda de mi abuela.


¿Cuáles fueron los desafíos más notables que enfrentaste durante la construcción

de los refugios?


No teníamos experiencia en construir este tipo de viviendas en los campamentos

y eso ha requerido la realización de investigaciones y formar a albañiles . Además,

las condiciones climáticas como las tormentas de arena eran obstáculos para

culminar la construcción. También fue complicado el proceso del relleno de las

botellas, que requiere una gran cantidad de tiempo.


¿Qué te impulsó a seguir adelante a pesar de las dificultades y a construir un

refugio para tu abuela y otras familias vulnerables?


Mi objetivo siempre ha sido aliviar el sufrimiento de mi pueblo, mejorar sus

condiciones de vidas y permitirles vivir con dignidad en los campos de refugiados

saharauis. Nunca olvidaré las tormentas y los gritos de las madres llamando a sus

hijos a cobijarse por temor a que las chapas metálicas que cubren sus casas de

adobe las arranque el viento y les hagan daño.

En el tiempo de lluvias muy poco frecuentes, las viviendas de adobe se vuelven

inhabitables y el riesgo de derrumbarse sobre nosotros es alto, puesto que la

tierra de las que se componen es muy salina y eso hace que el adobe sea muy

frágil.

La situación difícil en la que vive mi pueblo desde hace más de 47 años en

condición de refugiado me ha conmovido desde niño. Siempre me ha embargado

la idea de cómo mejorar nuestras condiciones de vida en los campamentos.


Cuando comparas el coste de las viviendas en lugares como Europa y lo

comparas con tu proyecto. ¿Qué se te remueve por dentro?


El precio de construir una casa en Europa equivale a 70-80 casas en los campos de

refugiados saharauis. Este es un tema importante y tiene implicaciones

humanitarias. Los campos de refugiados a menudo se enfrentan a condiciones

extremadamente difíciles, con viviendas precarias y recursos limitados. Esto

puede ser una preocupación para las personas y organizaciones que trabajan en

ayuda humanitaria y gestión de crisis.

La vivienda es un derecho humano básico, y las diferencias en las condiciones de

vivienda entre las zonas más ricas y aquellas que enfrentan conflictos o crisis

humanitarias resaltan la necesidad de abordar las cuestiones de los refugiados,

así como la importancia de la ayuda internacional y los esfuerzos para mejorar las

condiciones en los campos de refugiados. Estas cuestiones constituyen un motivo

de reflexión y acción en la comunidad global para mejorar las condiciones de los

refugiados y trabajar para solucionar sus principales problemas y para los

saharauis la solución es volver a su tierra con dignidad y la cabeza bien alta.


¿Qué enseñanzas has extraído de tu experiencia como 'El loco del desierto'?


Hay varias lecciones y enseñanzas que he aprendido de la experiencia del proyecto

de construcción con botellas de plástico a nivel de la comunidad saharaui y también

a nivel profesional como es la resiliencia, la cooperación comunitaria y el aprendizaje

continuo.

La colaboración y comunicación con los refugiados y las autoridades saharuis fue una

experiencia única y fundamental para el éxito del proyecto. Aprendí la habilidad de

adaptación y resolución de problemas técnicos, ya que la capacidad de adaptación y

desarrollo era fundamental para la sostenibilidad del proyecto. Además, a pesar de

los desafíos y dificultades que hemos enfrentado en el proceso del proyecto,

aprendimos que la flexibilidad y la voluntad conducirá al logro y que las soluciones

que surgen de la cooperación comunitaria y del medio ambiente y comunidad local


por medios simples y sencillos, las convierte en una opción efectiva para abordar una

amplia variedad de problemas y desafíos en nuestro entorno.


¿Cuál es tu visión para el futuro en cuanto a la sostenibilidad y la arquitectura en

zonas desérticas?

En 2017 recibí una invitación por parte de la empresa Transsolar Klima Engineering

en Stuttgart. Me reuní con expertos en ingeniería y el clima y me ofrecieron talleres

donde compartieron conmigo los últimos conocimientos sobre el diseño,

especialmente en el clima del desierto. En realidad, mi visita a Transsolar junto a lo

que aprendí en la UPGC con mis profesores me ayudó a tener una vision clara en

cuanto a la sostenibilidad y la arquitectura en zonas desértica, que consiste en que la

sostenibilidad y la arquitectura en dichas zonas debe centrarse en la creación de

entornos construidos que sean respetuosos con el medio ambiente, eficientes en el

uso de recursos locales y que aborden los desafíos climáticos únicos de estas áreas y

esto en realidad requiere un enfoque multidisciplinario que involucre a arquitectos,

ingenieros, científicos y la comunidad local para desarrollar soluciones adecuadas y

sostenibles.


¿Qué mensaje te gustaría transmitir a aquellos que se sienten inspirados por tu

historia?


Cada proyecto comienza con una idea pequeña y sencilla. Una acción, por pequeña

que sea, puede tener un gran impacto. Colabora con otros, aprende de quienes te

precedieron y mantén una mentalidad de aprendizaje continuo. La capacidad de

marcar la diferencia existe dentro de cada uno de nosotros y no se debe subestimar

el poder que cada uno de nosotros posee.

Es importante mencionar que cada persona puede encontrar su manera única de

marcar la diferencia, yo puede haberlo encontrado a través de botellas de plástico

tiradas por el desierto, otros pueden encontrar otra manera que se adapte a su


pasión y habilidades. La clave es actuar y contribuir significativamente al

mejoramiento de la sociedad con honestidad y dedicación y dignidad.


¿Cuál ha sido el impacto más significativo de tu trabajo en la vida de las personas

en los campos de refugiados saharauis?


La construcción en si misma. Además de ser una alternativa económica y fácil de

implementar, tiene un gran impacto ambiental positivo, ya que reduce la cantidad de

residuos plásticos en el medio ambiente y promueve la reutilización de materiales.

Idónea en los campamentos puesto que no tenemos técnicas avanzadas ni altas

tecnologías para reutilizar el plástico o reciclarlo. El proyecto, ha suscitado debates

interesantes en los campamentos. Ha abierto los ojos a muchos sobre el reciclaje de

los objetos y la importancia del medio ambiente.

¿Qué supone presentar este documental en SREC?

El Festival de Cortometrajes San Rafael en Corto (SREC) es un festival popular y

reconocido a nivel internacional y presentar el documental “El loco del desierto” es

una gran oportunidad, para difundir el mensaje de conciencia sobre las cuestiones

sociales y medioambientales que aborda el documental.


¿Por qué todo el mundo debería ver 'El loco del desierto'?

Puede ser el documental inspirador y motivador para muchos.

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