SREC visibiliza un tipo de cine que observa y cuestiona el mundo y los
valores de la sociedad polarizada en la que vivimos. ¿Sigue creyendo en
el poder de la imagen y la cultura como instrumento transformador de la
mentalidad de los pueblos?
Desde sus inicios SREC se planteó en su programación ir un paso más allá como
festival de cine. Partimos del planteamiento de que la cultura es imprescindible.
Conocedores del potencial de la imagen como herramienta para acercar
realidades desconocidas de este planeta, planificamos un escenario donde la
pasión por el cine y la cultura hicieran un llamamiento a la solidaridad y a la
defensa de los derechos humanos universales.
Soy consciente de que una película no le va a cambiar la vida ni la mentalidad a
nadie, pero como ciudadanos debemos seguir educando, concienciando y
denunciando -cada uno en su ámbito de acción- todo aquello que éste sistema
nos intenta invisibilizar. Estoy seguro de que esas pequeñas acciones, poco a
poco, nos permitirán acercar posturas para exigir soluciones a los problemas
que están enquistados en el mundo.
Cuál cree que es el espacio que ocupa este festival en el contexto de los
que se desarrollan en Canarias. Parece que en su género no exista otro
similar.
SREC es una veterana e importante cita en el panorama audiovisual de Canarias,
su intachable trayectoria y estadística así lo demuestran en estos 16 años de
existencia. Recuerdo que en la anterior crisis económica que sufrimos, los
gobiernos bajaron los presupuestos en Cultura y Educación para poder
combatirla, y muchos festivales importantes de Canarias colgaron el cartel de
‘Cerrado’ mientras nosotros desechamos esa idea, porque nuestro objetivo
fundamental es apostar por la creación y la difusión de las obras
cinematográficas canarias y consolidar un espacio de proyección donde las
directoras y directores se encuentren con el público.
Esto por sencillo que parezca a la vez nos consolida como un festival que
permite el acceso a cualquier creador canario que desee exhibir su obra sin
ningún tipo de cortapisas, independientemente de la calidad o medios con las
que estén hechas. Esto, unido a nuestro interés por divulgar actividades
culturales relacionadas con el teatro, la música y la danza, así como fomentar la
cooperación internacional con los pueblos empobrecidos a través de la ayuda
humanitaria y la solidaridad y de la divulgación de los problemas que afectan a
estos pueblos, ha ido configurando la personalidad a nivel regional, nacional e
internacional de SREC.
El festival tiene más de 15 años de existencia. ¿Gran Angular imaginó en
un principio el prometedor futuro y recorrido que aguardaba a esta
iniciativa?
La verdad es que no. Nacimos hace ahora 16 años como una actividad cultural
más de la programación de las fiestas patronales de San Rafael en Vecindario,
sin ningún tipo de pretensión. La primera y segunda edición se celebraron en el
Ateneo de Santa Lucía casi en familia, pero la participación tanto de directores
como de público fue creciendo de forma considerable y nos vimos obligados a
trasladar el festival al teatro Víctor Jara y sacar del programa de las fiestas para
poder dedicarle el tiempo que requería. Hoy en día, SREC es un festival
consolidado e independiente, con una participación de más de 450 inscripciones
en esta última edición, más de 30 países interesados, más de 80 cortometrajes
canarios y con la participación de más de 30 mujeres que dirigen obras en esta
16ª SREC. Hemos crecido de forma natural, con mucha humildad en nuestros
objetivos y así queremos seguir haciéndolo.
¿Cómo estima que ha contribuido SREC al surgimiento de nuevos
realizadores en Canarias?
La muestra de cortometrajes San Rafael en Corto nació con el firme propósito
de servir de lanzadera para las directoras o directores noveles de Canarias, y esa
intención se ha materializado a lo largo de estos años porque muchos de los
directores y directoras canarios que hoy en día han dado el salto y están
rodando a nivel profesional, han pasado por el escenario de SREC, en el teatro
Víctor Jara. Y lo mismo podríamos decir de actrices, actores, directores de
fotografía, guionistas, etc… que tuvieron la oportunidad de participar en este
encuentro anual para darse a conocer y exhibir sus trabajos.
La permanencia y consolidación de SREC ha permitido conocer de algunos casos
en nuestro municipio de Santa Lucía de mujeres y hombres que fueron
participantes de este festival, y hoy en día se encuentran trabajando como
directores o guionistas en el mundo audiovisual a nivel nacional, con
reconocimientos que avalan sus trabajos, cuestión que nos llena de mucha
satisfacción.
Justifique las tres patas sobre las que reposa la dimensión o el espíritu
de SREC
SREC ha sostenido el espíritu de su trabajo en tres pilares o patas
fundamentales que son, la cultura, la educación y la solidaridad. La cultura es
irremplazable en la sociedad. El filósofo griego Epicteto que nació en el año 50
d.c. y vivió una parte de su vida como esclavo, ya decía por aquel entonces que
“solo el hombre culto es libre”.
La educación es un eje transversal en la dinámica de SREC. Además de la
proyección de cortometrajes, SREC también ha realizado diferentes actividades
didácticas y educativas para todos los públicos, aunque especialmente con
escolares. A través de las secciones de “Cine con clase” dirigida al alumnado de
primaria, y “Cine con educación”, destinada al alumnado de secundaria, se han
desarrollado diversas actividades que ligan el cine con la educación, con la
cultura y con la solidaridad. Este año en particular hemos programado estas
secciones de una forma totalmente online (no presencial) intentando llegar a
cada aula, sin necesidad de que el alumnado se mueva de su asiento, con la
intención de seguir abonando esa semilla que plantamos hace años en los
centros escolares que con el devenir de los años se convertirá en el futuro.
La solidaridad es el otro elemento básico de SREC. El uso de las herramientas
cinematográficas como elementos de difusión, de concienciación y de denuncia
sobre realidades de pobreza, hambre, guerras e injusticia, han tenido cabida
dentro de este festival durante estos años 16 años de actividad asociativa.
¿Las circunstancias de la pandemia han influido de alguna manera en
esta edición en la recepción de trabajos provenientes del extranjero o en
las posibilidades de otros desarrollos en el diseño del programa?
En esta delicada situación de pandemia con el Covid-19 mordiéndonos en los
talones, la Asociación Gran Angular y San Rafael En Corto, en su 16ª edición, no
han querido eludir su compromiso de llegar a la sociedad cinéfila, en general, y
a la Escuela, en particular, con la misma ilusión que hemos puesto en años
anteriores, eso sí, adaptándonos, como una responsabilidad más, a las normas
vigentes que rompen la cadena de contagios.
Con una incertidumbre total acerca de su forma de celebración y ante la noticia
de numerosos festivales a nivel regional y nacional que habían suspendido sus
ediciones, arrancamos en el mes de mayo pasado nuestro periodo de
inscripciones ‘on line’. La respuesta fue más que satisfactoria a finales de
agosto. Pero no fue hasta mediados de septiembre cuando nos confirman la
posibilidad real de poder celebrar de forma presencial en el teatro Víctor Jara la
16ª edición de SREC, eso sí, sujeto a todas las medidas sanitarias que el
Gobierno de Canarias establecía para las actividades culturales en recintos
cerrados. Bajo estas premisas hemos organizado el festival este año para seguir
ofreciendo a nuestro público, del 7 al 13 de noviembre, una semana de cine y
compromiso.
¿Qué destacaría de la programación de este año y aconsejaría al público
que no se perdiera?
El lema de esta 16ª SREC es “Cine y Compromiso” y su programación la
componen 10 sesiones oficiales de proyecciones de cortometrajes dirigidas al
público de forma totalmente gratuita. Estas 10 sesiones están integradas por
111 cortometrajes, de los cuáles 80 son producciones canarias y resto
nacionales e internacionales. También tendremos en nuestra programación un
largometraje con motivo de la clausura de esta edición. Estamos hablando de
más de 10 horas de cine, de cine gratuito, cargadas de historias de comedia,
terror, drama, música, mujer, arte, fantasía, pero también de derechos
humanos, de muchos valores y compromiso, que nos acercarán a otras
realidades, a otras latitudes y situaciones, que solo el cine sabe ofrecer con su
magia.
Hábleme de esa otra línea de trabajo que desarrolla Gran Angular en el
contexto de la producción propia de documentales. ¿Cuántos han
llevado a cabo hasta la fecha? ¿Cuál es el proyecto que acometerá este
colectivo próximamente? ¿Qué trayectoria o vida siguen esos
documentales una vez son terminados?
Cuando Gran Angular se creó, hace ahora 16 años, en sus estatutos se
establecía cuáles eran sus fines y sus actividades para dar cumplimiento a esos
fines y una de esas actividades era la creación de una pieza audiovisual a
estrenar cada año en SREC que hablara de la filosofía de este encuentro
cinematográfico. Esto nos ha llevado a lugares tan recónditos como los
campamentos de refugiados saharauis de Tindouf, donde hemos rodado varios
cortometrajes entre los que debemos destacar “El Sr. G”, una obra rodada
durante la celebración del Festival Internacional de Cine del Sahara (Fisahara) en
el año 2012, basado en un cuento del escritor argentino Gustavo Roldán
afincado en Barcelona. “El señor G” que fue exhibido en la edición de SREC
2012, sirvió para dar a conocer la hospitalidad y dignidad de un pueblo que lleva
45 años abandonado en el desierto argelino, ante la desidia de la ONU y el
olvido de la comunidad internacional, esperando que le devuelvan su tierra y su
alegría. Este cortometraje estuvo presente en la Sección Oficial del Festival de
Cine de Las Palmas y en el Festival de Cine de San Sebastián.
También hemos estado en rodando en Palestina en dos ocasiones, años 2017 y
2018, para dar a conocer la situación de un pueblo que vive cercado por un
muro de más de 700 kilómetros y también para dar a conocer con un
largometraje documental a unas perfectas desconocidas, como son las mujeres
palestinas que viven bajo la ocupación, documental que fue seleccionado en el
Festivalito de La Palma 2019. El año pasado estuvimos en Cabo Verde, donde
rodamos el largometraje documental “MUDJERIS DI AREIA” que descubre la
realidad de un colectivo de mujeres que vive en el municipio de Tarrafal al norte
de la isla de Santiago, que tienen como medio de subsistencia la extracción de
arena de forma manual del fondo de las orillas del mar para poder alimentar a
sus familias. Este documental que fue estrenado en la edición 2019 de SREC,
estuvo en la Sección Oficial del Festivalito de La Palma 2020 y en estos días, ha
sido seleccionado en la Sección Oficial del Festival Internacional de Cine Azul
SurRealidades de Bogotá, en Colombia.
Nuestros proyectos de futuro son un largometraje documental que está en fase
de edición y postproducción, “TRASLÚCIDAS”, que habla sobre la situación de
explotación sexual que sufren las mujeres inmigrantes en Canarias y la trata. Y
otro de nuestros proyectos que se encuentra en fase de desarrollo es “La
berma”, que su guion fue seleccionado en el CREADOC 2020 que celebra
Canarias Cultura en Red del Gobierno de Canarias, y nos habla de la vida de una
mujer saharaui, Iauguida Mohamed, que trabaja en la localización y destrucción
de minas en los territorios liberados próximos al “Muro de la Vergüenza”. Este
muro separa el Sáhara Occidental ocupado por Marruecos de los territorios
liberados por el Frente Polisario. Más de 2.700 kilómetros sembrados por más
de siete millones de minas, donde más desde 4.000 personas han resultado
heridas, mutiladas o asesinadas desde el inicio del conflicto en 1975.
La nueva situación económica que se aventura tras esta pandemia
provocará en el contexto de la cultura en Canarias muchos
desequilibrios. ¿Qué plan de actuación le sugeriría a los poderes públicos
para que festivales como SREC no terminen definitivamente
desapareciendo en sus presupuestos?
Desde SREC entendemos que la situación social y económica que ha provocado
la pandemia de la Covid-19 es bastante complicada, que deben atenderse las
situaciones sociales urgentes que este virus está provocando en innumerables
familias en Canarias. La obviedad no necesita de justificación. Pero también
somos conscientes que en estas circunstancias excepcionales es vital la cultura
(segura) y que ésta no puede convertirse en la cenicienta de esta situación, y
que proyectos audiovisuales con SREC de formato pequeño deben seguir
apoyándose para continuar trabajando en la defensa de los derechos humanos
universales. Recientemente leí en la web de un festival internacional de cine,
una frase con la que no puedo estar más de acuerdo, y que decía: “Eleva las
defensas de tu sistema inmunológico, conZumo Sano, Consume Cine Azul”.
¿Le llega a preocupar que, en tiempos así de duros haya quien considere
la cultura como un lujo en lugar de como una necesidad?
Nos preocupa que las decisiones en cultura caigan en manos de quien no haga
uso de ella, de quien esté en otros menesteres e intereses, eso sería lo peor que
nos puede pasar al gremio de los festivales de cine en Canarias, porque como
decía el refranero el roce hace el cariño.
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